jueves, 19 de marzo de 2009

8 - 2 - 4 y continua (Parte II) "2 botellas de tequila por 2 años de noviazgo"

Teníamos un departamento de “laputamadre”: terraza con parrilla, cocina con una barra para tragos, cuatro habitaciones enormes (una estaba acuatizada de forma profesional), unas vecinitas hermosas que se ofrecían “muy” dispuestas a limpiar TODA la mugre que generábamos entre los seis (si, si éramos seis) e incluso a bañarnos si es que se lo pedíamos. Un cocinero, dos técnicos en sonido y grabación, un director de cine, un periodista y un ingeniero, así se componía esta improvisada familia (por su puesto que todos éramos estudiantes).

Nunca la pasé tan bien acá en Baires como la pase esos dos años que nos duró el contrato.

Ella era amiga de Cutillo (por los aparatos de los dientes) uno de los técnicos que vivían conmigo y amiga de la infancia del Director. Venía bastante seguido (solo simulaba estudiar, creo que hacia el CBC) y se quedaba por horas, incluso alguna vez se quedó a dormir.

A mi no me gustaba, aunque era una mina muy llamativa y simpática, pero no me gustaba. Siempre echada en los sillones mirando tele y fumando hasta por los codos, pidiendo por favor que le alcancen “esto o aquello” con tal de no levantarse.

Creo que fue un viernes a la noche que se apareció en el depto con 2 botellas de tequila “José Cuervo” (desde acá empezó a sumar puntos) robadas de algún súper Chino. Tenia una llamativa habilidad para afanar cosas de los mercados, se robaba desde pedazos de queso de medio kilo hasta bebidas “espirituosas”, siempre alegando clemencia en nombre de “los estudiantes no tenemos plata” (Mentira!! Los viejos le mandaban guita en carretilla!!).

En ese momento solo estábamos el Director, el Cocinero y yo. Por supuesto, antes de ahogarse en ese jarabe de palo que es el tequila seco, había que morfar algo como para hacer una base. Ella nos preparó una tarta de jamón y queso (de la que solamente pagamos la masa, lo demás se lo robó. Ah! También sumó puntos con esto) que duró medio segundo en la mesa.

Con la panza llana nos dispusimos a alegrar el corazón. La primera botella al parecer se evaporó, entre los cuatro la liquidamos, la segunda nos costó un poco más.

No recuerdo bien que pasó a continuación, pero yo subí las escaleras como pude hasta mi pieza (yo dormía solo en la habitación que estaba acuatizada porque era el único que se levantaba temprano y los otros rompían las bolas TODOS los días hasta bien entrada la madrugada). Tampoco recuerdo porque saque el colchón de la cama y lo tiré al piso, como teniendo una premonición sobre lo que estaba a punto de ocurrir, la cuestión es que me estaba sacando la ropa cuando la vi, parada en la puerta de la pieza, muda, mirando.

Segundanovia – No te irás a ir a dormir no? – me dijo como si ella no hubiese tomado ni una gota de alcohol.
Yo – mmmssseeeeeennnnoooo - balbucee.
Segundanovia – Mirá que todo esto fue por vos, la comida, el tequila y esta tanguita.

En ese momento entró a la pieza y cerró la puerta acústica con llave. Yo estaba parado en la punta del colchón que yacía en el suelo, se me vino encima y me empujó estratégicamente al colchón. Debo haber caído muy torpemente porque ella pregunto si me sentía bien (en este punto ya ni siquiera sentía…). Metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacó una caja de forros mientras yo a medio desvestir la miraba sumiso tirado en el colchón (lo tenia perfectamente planificado y no estaba dispuesta a dejar pasar esta oportunidad).

Estuvo MUY bueno. Creo que por primera vez me dejé llevar completamente, ella tenía mucha experiencia en estos menesteres y no le resultó nada difícil lograr que coopere en todos sus requerimientos sexuales las veces que lo solicitó.

Me desperté roto. No por el alcohol consumido la noche anterior, sino por las piruetas realizadas sobre el colchón viejo. Ella dormía al lado mío, desnuda boca arriba y a medio tapar. Me levanté sin hacer ruido y bajé las escaleras. Estaban todos, ya era tarde.

Cocinero – Que joda anoche ¿no?

Yo – Si, el tequila me partió la mente…

Cocinero – Que tequila ni tequila?. Se la pasaron cogiendo!! Hijodeputa!! No sabes como se escuchaba! Nos tuvimos que ir un rato a la plaza! – interrumpiéndome a los gritos.

No me había dado cuenta que la ventana que daba al pulmón estaba abierta de par en par y no tenia colocado el panel acústico.

Y así fue (que barato que soy) 2 botellas de tequila por 2 años de noviazgo. Ha! Y la mala onda de Cutillo por unos días, ya que al parecer a él la gustaba Segundanovia.

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