jueves, 18 de junio de 2009

Gente-serpiente

"Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.

Huyo un día, y ella no desistía, dos días y nada...En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:

- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No
- ¿Yo te hice algún mal?
- No
- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar..."*



Que lamentable vida que lleva la gente-serpiente. Si solamente dedicaran la energía que invierten en envidiar para hacer algo por ellos mismos....


*Leyenda Zen

viernes, 12 de junio de 2009

Siento que no siento

Confundido y adolorido abrí los ojos lentamente, la lluvia moja mi cara y me nubla la visión. No entiendo que está sucediendo, todos mis sentidos son solo una estática que interfiere con mi cerebro. No puedo mover la cabeza, mi oreja izquierda esta apoyada en el piso y el agua que corre bajo mi cuerpo alcanza la comisura de mis labios. Siento una fuerte presión sobre la sien que me inmoviliza por completo. Siento el frío del agua empapándome la espalda, las piernas, todo mi ser.

Muevo las manos, están libres. Intento sacar el peso que comprime mi pecho, mi cabeza. Nada. Siento el cordón de la vereda con mi mano izquierda y con la derecha alcanzo a sentir una pierna. Quiero gritar, no puedo moverme, pero la presión en el pecho no me deja llenar los pulmones de aire. Arqueo mi espalda, el agua ya alcanza a cubrir mi nariz, me estoy ahogando.

Me quedo inmóvil, ya esta, no puedo más. Las fuerzas me abandonan poco a poco. Ya no siento el frío, ya no siento, no recuerdo. No recuerdo como terminé acá tirado en el piso mojado, es mas, no recuerdo donde estaba ni que estaba haciendo.

Puedo mover la cabeza! Me duele mucho la sien, pero estoy libre. La lluvia no me permite enfocar la vista, se me llenan los ojos de agua, los cierro con fuerza, como tomando impulso, siento gusto a sangre, metálica y amarga. Trago saliva y finalmente los abro.

Porque estaba así? Que le había hecho? No se, pero me miraba con un odio profundo y una especie de excitación extraña. Su rodilla apretada en mi pecho y el agua que le escurría por la cara disimulaba sus lágrimas. Por que me miraba así? Su boca, violeta por el frío, temblaba con culpa mientras apoyaba el arma en mi cuello.

Que paso? No recuerdo como pasó esto, merezco lo que pasa o soy solo una inocente victima? Balbuceo algo con el aire que me queda pero me interrumpe un grito de silencio.

Busco en mi ser motivos para haber terminado así, no existen motivos para que me dispare ni tampoco para que no lo haga. En este escenario, situación desquiciada y teñida de formas, sabores y sensaciones, lo único que puedo decir es “En la cabeza, si lo vas a hacer, por favor a la cabeza”.

No había más que silencio, ni siquiera la lluvia que a esta altura llenaba mi boca, hacia ruido alguno. Los recuerdos de mi vida pasaban por mi mente, uno a uno recordé a mi vieja y sus caricias en invierno, los domingos con mi viejo y mi hermano lavando el auto una tarde de verano, Ceci, que me besó con dulzura a la salida del colegio, la ecografía donde se veía claramente que sería papá, me imaginé caminando junto a ella en alguna playa que jamás visitaré.

El estruendo precedió a la luz y el sabor amargo de la muerte sin sentido finalmente detuvo mi mente.

miércoles, 10 de junio de 2009

Aprender a vivir

El primer año acá en Baires viví en Villa Crespo a la vuelta de una gran iglesia. Allí también vivía Julián, un “vago” (palabras de él) de unos 45 años, que pernoctaba adentro de una caja de cartón recubierta con una lona plástica y algunas mantas junto a su inseparable Rabito, un perro feo como pocos.

Para mí, recién llegado del sur, ver algo así no era común y contemplar como las personas le pasaban por al lado sin siquiera notar su presencia me llenaba de indignación, vergüenza ajena. No soportaba pensar en lo mal que la pasaría, el hambre, el frío, la intolerancia de la gente, la mugre, la discriminación.

Un día cansado de pasar y solo saludarlo fui a hablar con él, me senté al lado, le di un pucho, fuego y empezamos a hablar. Me contó toda su vida, de lo mal que estaba antes, con su laburo de contador de ocho a dieciocho, estresado hasta las muelas, su mujer ensimismada, egoísta y traidora, sus supuestos amigos que se abrieron de patas a la primera dificultad. Pero también me contó lo feliz que era viviendo así y como ve pasar la vida, su vida, sin planes ni estrés ni plata ni auto ni casa ni presiones ni nada. En la iglesia le daban dos comidas diarias, no tenía vicios ni ambiciones, una vez al mes lo llevaban al hospital a hacerle un chequeo y todos los martes y viernes sin falta se bañaba en los vestuarios del club Atlanta.

Por dos años pasé a hablar con él casi todos los días, era un tipo muy inteligente con el que se podía hablar de cualquier cosa, historia y política eran su fuerte y contaba los mejores chistes que he escuchado, yo le llevaba algún que otro libro que el devoraba de una manera asombrosa lo que me obligó a comenzar a sacar libros de la biblioteca de la facultad cuando ya había leído todos los míos.

Un día de invierno, cansado de pasar frío, agarró sus tres o cuatro bártulos a Rabito y volvió a su casa sin despedirse, según me dijo el cura. Lo único que me quedó en claro es que esa vida fue su elección y siempre lo vi muy feliz con esto, jamás lo escuché quejarse de nada.

Hoy volviendo el tiempo atrás pienso, que sin quererlo, este tipo barbudo y harapiento me dejó una gran lección de vida que nunca podré agradecerle, solamente podré transmitirla de alguna manera...

lunes, 8 de junio de 2009

Pasatiempo

Mi nueva actividad es realmente muy divertida y adictiva. Las figuras para armar, si si, figuras para armar, me metió en el tema mi compañero de laburo, él hace rato que está en esto y tiene una inmensa colección de figuras, con “increíble calidad de detalle” como a él le gusta decir.

Recuerdo muy bien la primera que hice... Pobre, se parecía tanto a un mono que era muy gracioso verlo tratando de caminar sobre sus piernas, no duró mucho en mi escritorio.

Una vez que le agarré la mano, aunque me llevó algo de tiempo, ya me salían perfectas... o casi, vista con ojos de padre.

Es fantástico armarlas poco a poco, primero el torso, luego las piernas, los brazos, manos y pies para finalmente montar la cabeza. Lo más difícil es calibrar el mecanismo de funcionamiento y el sistema de control, no todos quedan como me gustaría, pero como su apariencia es similar a la de los demás no creo que sea inconveniente como para que convivan todos en armonía... o no?.

Lo mejor de todo y lo mas reconfortante para mí es cuando abren esos ojitos y con cara de admiración y algo de miedo en su voz, me dicen “Dios!” No se que querrán decir, pero suena bien...

Son tan frágiles y manipulables, hasta suelen pedirme cosas y se reúnen a adorarme como si a mi me interesara lo que tienen para decirme.

Algunos deben pensar que pierdo el tiempo, que es aburrido, pero no me importa es mucho mejor que el pasatiempo de mi jefe, que se la pasa haciendo unas bolas luminosas que flotan en el vacío... Universos creo que les dice Ja!...

jueves, 4 de junio de 2009

Principio del fin

General Roca, Argentina: (10:57 Hora local)
Doña Marta preparaba unas milanesas con una gran sonrisa en la cara, diez milanesas grandotas por solo $5, igual que las de la semana pasada que había pagado $18,20...

Barcelona, España: (09:12 hora del Pacifico):
En el Estadio del FC Barcelona, el defensor Frances Abidal rechaza un centro hacia arriba, la pelota salió del estadio, reportándose que cayó sobre las costas de Florida casi 5 horas después...

Ubicación clasificada, Suiza (15:22 hora mundial):
Laboratorio de investigación de mecánica quántica, la segunda prueba de aceleración de gravedad arroja un 7,3 metros por segundo cuadrado, la deima prueba, solo unos minutos después, arroja un 3,21 metros por segundo cuadrado. Se revisaron los cálculos una cien veces. Echaron al jefe del proyecto...

Capital Federal, Argentina (19,46 hora local):
Bingo Lavalle, el señor Petucchi canta bingo antes de la bola 32 ganando el pozo acumulado de $22.167. Se levanta de golpe y da un salto a modo de festejo, fue internado minutos después con un corte profundo en la cabeza que se propinó con el techo del establecimiento. Deberá desembolsar más de $30.000 por gastos hospitalarios...

París, Francia (12:32 hora mundial):
Semifinal de Roland Garros, el partido se extiende por las de seis horas y debe ser suspendido porque ninguno de los jugadores logra dejar la pelota dentro de la cancha y los ballboys yacen dormidos en los costados de court...

Naciones Unidas, Londres (23:24 hora mundial):
Los científicos confirman que la gravedad planetaria está disminuyendo. Causa? Nain, not, niet, no, ninguna. Precauciones: No saltar en lugares cerrados; llenarse los bolsillos de piedras o algún otro objeto contundente; atarse a la cama al ir a dormir...

Hasta ese entonces el cambio había sido bastante leve y sin lamentar victimas fatales. El día en el que finalmente desapareció la gravedad fue de repente, de golpe. Los que estábamos dentro de algún edificio nos golpeamos duramente contra el techo. Los que se encontraban en la calle y alcanzaros a sujetarse de algo sólido, aun están con nosotros, lo que no lo lograron... nadie sabe a ciencia cierta.

En fin, si usted de decide salir, por favor, no olvide el casco, las cadenas y los arneses.

Por mi parte todavía no logro acostumbrarme a caminar por los techos esquivando muebles destrozados... Hay, hay hay! Estos cambios climáticos...

miércoles, 3 de junio de 2009

Es hoy y ahora

Nunca te dije que para mi eras algo más que una amiga, nunca tuve el coraje de hacerlo. No había instante en que no pensara en vos, el corazón se me sale del pecho al acordarme de tu sonrisa, de tu mirada. No teníamos secretos, salvo este por supuestom, que lo encerré en mi pecho hasta hoy.

Al principio no me salieron las palabras, temblaba y mi vos también. Me miras indiferente, fingiendo que no te interesa lo que te estoy diciendo. Tomo aire y valor, justo cuando el viento de acaricia suavemente el pelo de la frente. El sol que se escurre entre las hojas de los árboles ilumina tus ojos como tantas otras veces. Apoyo mi mano en tu mejilla y busco tu mirada, siento un escalofrío que te borró la expresión de la cara. Allí desnudé mi alma:

- No se como pasó, siempre me fuiste indiferente. No puedo decirte cuando ni como solo te digo que pasó. Mientras nuestra amistad crecía, algo mas se montaba en mi corazón. Reímos, lloramos, nos contuvimos, nos abrazamos y algo pasó. De un momento al otro te necesité cerca mas cerca que de costumbre, me acuerdo cuando para mi cumpleaños me abrasaste y me dijiste que me querías... Fue simplemente el mejor regalo, aun hoy suena en mi cabeza. Que había sido eso? Solo un gesto más? O eso que tanto quería escuchar? No te lo pregunté por miedo a tu respuesta. Me enamoré de vos, perdidamente, incondicionalmente y ya no soporto más esta sensación. Quiero que sepas que te amo, que te amo como nunca, que amo todo en vos...

Tus ojos se llenaban de lágrimas, lo que me dijiste, desmoronó lo poco que quedaba de mi.

- Como?? Porque? Porque pasó esto? – Sollozaste secándote las lágrimas con la manga del buzo – Eras tan alegre, incondicional, siempre allí en el momento justo, justo cuando te necesitaba, pero ahora? no lo puedo creer, no puedo creer que esto termine así. - Apoye mis menos en tus mejillas tratando de secar las lagrimas frías de la decepción, vos solo mirabas al piso. Tendría que haberte abrazado o al menos agarrado de la mano, ahora ya es tarde. – Quien lo hubiese pensado? Si tan solo hubiese sabido que ayer sería la última noche que te tendría como amigo. Por que?? Decime! Porque razón tuvo que ser así... cuando anoche caminábamos para casa y estabas en silencio, pensativo. Te pregunté que tenias, te pregunté que “te pasa”, no me contestaste y finalmente cuando rendido por mi insistencia te disponías a hablar, ese hijo de puta apareció de la nada a mas de mil por hora. Venia directo a mi, era mi hora, por que tuviste que empujarme!?? Por que te sacrificaste, tanto te importaba? Y ahora, donde quiera que estés, quiero decirte que te amo y nunca te lo dije, que daría cualquier cosa porque estés acá. Lo último que escuche, mientras sostenía tu cabeza y te decía que todo estaría bien fue “Tengo que confesarte algo...” Porque!!!???.

Lo que decías me paralizó, perplejo vi como te alejabas y llorando desconsolada dejabas una flor sobre esa lápida, donde claramente se ve mi nombre.

Ahora solo pido un día, solo eso, un día más, pero se que eso es imposible, dejé que mi vida se escape y nunca te dije lo que sentía por vos y ahora que no podemos estar juntos entiendo lo mucho que te amaba, lo mucho que te amo, lo feliz que me hacías.

Hoy, soy solo un recuerdo triste en tu corazón, soy el que te amó con el alma y al que quizás, alguna vez pudiste llegar a amar...

martes, 2 de junio de 2009

Siete años, siete minutos

Y una vez volvió. Tal como sabia que alguna vez pasaría. Aunque, esta vez no estaba preparado,

Apareció luego de más de siete años sin noticias, llamadas, mails o señales de humo. Siete años de preguntas sin respuestas, siete años de encontrármela en sueños y no poder hablarle. Siete años de tocarla en silencio a la distancia.

Nada sucedió como lo había planificado, como lo había imaginado. Tantas veces me repetí a mi mismo que es lo que le diría, que gestos tendría, las posibles derivaciones de la conversación. La repasé tantas veces en mi cabeza.

Siete minutos bastaron para poder sacar esa piedra que tenía en le pecho, siete minutos me liberaron de todas las dudas, temores, vergüenzas, arrepentimientos. Siete minutos que me transportaron años atrás, a mi adolescencia donde nada importaba y todo era cuestión de vida o muerte. Siete minutos le bastaron para liberarme de la prisión en la que me había encerrado por propia elección, declarándome culpable de un crimen que no solo no era mío, sino que también desconocía.

Y así se volvió a ir. Tal como sabia que alguna vez pasaría. Aunque, esta vez si estaba preparado.