martes, 31 de marzo de 2009

Cosas Boludas

Cosas boludas nos separan de las personas. Pequeños detalles casi sin importancia que se van acumulando y acumulando hasta que en un momento particular la cosa explota, la famosa gota que rebalsa el vaso.

Nadie escapa a esto, es imposible escapar.

Muchas veces estos pequeños detalles son notorios y evidentes lo que se traduce en respuestas inmediatas, pero, lamentablemente la mayoría son imperceptibles, son boludeces, tan ínfimas que cuando ocurren no nos damos cuenta concientemente pero dejan su marca imborrable.

En todas las relaciones humanas en mayor o menor medida ocurren estas cosas, pero en la relación de pareja y mucho más si se convive durante un tiempo, acumular inconscientemente estas pequeñas boludeces llevan a un estado constante de malestar no manifiesto, que es muy fácil de transferir al otro generando un circulo vicioso cada vez mas grande.

“Que te pasa?”, “Por que esa cara?”, “Que te hice?”, “Otra vez cara de ojete!!” no ayudan, al contrario muchas veces generan una respuesta que no es la que deseábamos.

Hay que ir mas al fondo, hay que mirarse uno mismo, hay que demostrar con hechos y palabras cuales son las pequeñas boludeces que nos incomodan del otro y tratar de llegar a un acuerdo sano para todos.

Parte de nosotros mismos y no de los demás solucionar esta situación, muchas veces al vernos confrontados nosotros respondemos de la misma manera, confrontando. Perdemos por un instante todo el amor que podemos sentir por alguien, hablamos, decimos, gritamos todo sin amor, para después y mas tranquilos, querernos matar por todo lo que dijimos. Ya las disculpas no sirven, el daño está hecho sea evidente o no.

La convivencia no es la que mata al amor, tampoco se acaba el amor, eso es una gran mentira, lo que termina y se acaba es la capacidad inconsciente para acumular situaciones desagradables o molestas, llegando a no soportar mas a la persona que tuvimos al lado durante mucho tiempo.

No se bien a donde quiero llegar con esto, pero lo tenia que decir.

Anoche cuando peleamos por una boludez no me dieron ganas de decírselo.

lunes, 30 de marzo de 2009

Extraño Presentimiento II

Ya no quedaba nadie, por suerte el escritorio la mantenía lejos, aunque su mirada penetrante me estaba volviendo loco.

A pesar de ya haber pasado los 40 hace rato continúa siendo una mina muy linda e interesante. Sesiones de spa, clases de teatro, dos horas diarias de gimnasio. La mina está buena, dicho en criollo.

Pacientemente esperé a que me tirara con munición pesada, dejé pasar algunas insinuaciones picantes esperando por alguna bomba irremontable…

Jefa – Vamos a cenar? Acá cerca hay un lugar de sushi.

Yo – Me espera mi chica, además no me parece buena idea.

Jefa – Que pasa? Me tenés miedo a mí? Mirá que yo soy muyyyy buena.

Yo – No tengo miedo de vos, me jode un poco la situación en la que me pones.

Jefa – Bueno, vos no te quedas atrás, nunca me dijiste nada.

Yo – Son dos cosas distintas. Una cosa es no decir nada y otra cosa en no quedarse atrás. Yo solamente no te dije nada.

Jefa – Hagamos una cosa…

Yo – Mejor me voy ya es re tarde – interrumpí mientras guardaba las llaves en la mochila.

Jefa – Que boludo que sos! Cuando te pones así me haces tenerte mas ganas – sentenció luego que le diera en beso en la mejilla despidiéndome.

Escapé sin mirar atrás. Hoy me trajo un adornito para el escritorio que compró el fin de semana en el Tigre. Creo que no entendió nada. O el que no entiende soy yo?.

viernes, 27 de marzo de 2009

Extraño Presentimiento

Empezó con un conito de chocolate blanco Havanna. Seguro que esta mujer debe leer la mente, porque mi única debilidad es el chocolate, me deja igual que a Superman la criptoníta, tirado a merced del enemigo…

Continuó con algunos almuerzos regados de ironías y doble sentido, siempre en el ámbito laboral.

Al tiempo me regaló una camisa verde (pero del verde lindo, no ese chillón) diciéndome alegremente “Ese color te debe quedar bárbaro, cuando vi la camisa en la vidriera te la imaginé puesta”. Solo di un “gracias” algo confundido, no era navidad ni si quiera mi cumpleaños.

Me llama a mi casa a cualquier hora para preguntarme cosas muy boludas e incluso que no tengo por que conocer. Ya tengo miedo de levantar el teléfono.

La semana pasada me invitó, así como quien no quiere la cosa, a su casa quinta con la excusa de que tiene que disfrutar la pileta antes de que terminen los lindos días. Le dije que no se nadar.

El lunes llegué y me habían cambiado el puesto de mi isla (conjunto de 4 escritorios) a la isla de ella, más precisamente, justo en frente de suyo.

Ayer me habló de los ejercicios de índole sesuales que debe practicar para su clase de teatro. Ya me da miedito.

Hoy me preguntó si me podía quedar un rato mas tarde a “ayudarla” con una presentación para un cliente…

Tengo el extraño presentimiento de que mi jefa me tiene ganas. ¿Estoy muy errado?

Traumas

En algún momento de mi infancia, siendo yo tan solo un pequeñín de 8 o 9 años mi vieja me contó que cuando ella era adolescente las mujeres se ponían una suerte de palitos de helado (más anchos y cortitos) dentro de los corpiños para que no se les note el pezón cuando usaban remeras o camisas estrechas.

Hoy, muchos años después, no puedo evitar acordarme de ella cada vez que veo por la calle que a alguna señorita se le notan.

Gracias vieja!!! Sos una copada!

jueves, 26 de marzo de 2009

La primera vez

Allá lejos y hace tiempo, precisamente en la pequeña ciudad del sur donde crecí, los pseudo-adolescentes no teníamos las facilidades que tienen hoy los jóvenes al momento del garche.

No existían los telos, o por lo menos no había ninguno en el pueblo, de los tres hoteles mediopelo, dos estaban atendidos por amigos de mis viejos y para pernoctar en el tercero primero tenias que cagarte a trompadas con las cucas y las ratas, para terminar garchando sobre sus cadáveres (no encontré candidatas dispuestas a esto último).

Sin embargo, el intelecto juvenil nutrido por litros y litros de hormonas no dejaba pasar oportunidad para ponerla y mucho menos una como esta:

MamádeWord – La semana que viene la abuela se va unos días a Mendoza. No la querés acompañar así no va sola?
Yo – No puedo, el sábado jugamos en Neuquén la semifinal del patagónico…Si querés le voy a regar las plantas…?
MamádeWord – Si, seguro! Yo ya se que “planta” querés regar vos! – interrumpió.

Con mis escasos 14 recién cumplidos, virgen y puro (y con apuro), no pensaba dejar pasar esta, no me podía dormir, algo tenía que hacer.

Maquiné durante días, planifiqué, hice diagramas, saque cuentas, pedí consejos y creo que hasta recé algo por las noches. Con ella, también casta, ya lo habíamos hablado y solamente faltaba el empujoncito final y un lugar cómodo como para descubrirnos tranquilos y sin distracciones.

Plan perfecto. Terminamos de almorzar y mientras mi vieja lavaba los platos le saqué las llaves de la casa de mi abuela de la cartera.

Agarré la bici y partí raudo a mi destino amatorio, no sin antes pasar por el kiosco a comprar forros (me acuerdo que eran “Gentleman” no los vi nunca mas…eran groseramente gruesos).

No me costo demasiado convencerla para que me acompañe a “regar las plantas”. Fuimos caminando tranquilos, la casa de mi abuela no quedaba muy lejos, pero me sirvió como para precalentar la situación. Llegamos y nos fuimos de una para la habitación.

Y si… En la cama de mi abuela no sacamos todas nuestras dudas. Juro que recuerdo todo, desde el color de su ropa interior hasta el olor de su piel (hacen falta detalles?).

Dicen por ahí que es mejor que alguno de los dos ya tenga experiencia, sobretodo para relajar un poco la situación. En nuestro caso no hizo falta, nada salió mal. Teníamos el tiempo, las ganas y la inspiración suficientes como para tranquilizarnos mutuamente mientras cada uno se sorprendía con cada caricia.

Terminamos, hablamos y arrancamos otra vez.

Fue justo allí, en medio del segundo, cuando pasó. Timbrazo, de esos largos que se hacen cuando sabes que hay alguien adentro.

Salté de la cama y antes de tocar el piso con los pies ya estaba nuevamente vestido. Ella igual.

No sabia que hacer, los nervios no me dejaban pensar claramente. El timbre continuaba sonando.

Cuando entramos a la casa yo había puesto el pasador de la puerta de calle y cerrado con llave. Me asomé al living vi que la puerta estaba abierta sostenida solamente por la cadenita del pasador.

Me acerque despacito, ella detrás de mí. Miré por la mirilla y allí estaba mi tío, me tranquilicé un poco ya que él es de esos tíos “piola”, sabia que si le explicaba la situación seguramente entendería, pero no estaba solo, paradita detrás de él estaba mi vieja. Laputaqueloparió, mequieromatar, laconchadelalora…

Mi vieja había ido a limpiar o a hacer no se que cosa y se dio cuenta que no tenía la llave, por lo que llamó a mi tío que tenia una copia con la que ya había abierto la puerta.

Abrí la puerta y empecé a mentir.

Yo – Hola, este…vine porque…este… - no sabia que carajo decir, ella muda.

Justo en ese momento, agarrando a mi vieja por los hombros para que no me cagara a trompadas (yo le sacaba una cabeza y media a mí viaja, pero estoy seguro que si la soltaba me reventaba) mi tío dijo:

TíoPiola – Decime lo que quieras, pero por lo menos átense los cordones PELOTUDO!

En el apuro ninguno de los dos nos avivamos de atarnos las zapatillas.

Hoy todo esto es una anécdota que estoy obligado a relatar con lujos de detalle en toda reunión familiar.

Mi vieja nunca se ríe cuando la cuento…y mi abuela tampoco.

Vivan!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Rata yo?

De los seis que vivíamos en el departamento, este personaje era por lejos el más rata de todos. A tal punto era rata, que el tipo no se compraba comida ni cocinaba, sino que esperaba a que el resto terminemos de comer para abalanzarse sobre lo que habíamos dejado, es mas, alguna vez lo he visto comerse un chicle que estaba pegado debajo de un asiento en el subte (bueno…tal vez no fue tan así…).

En fin, un día noté que el mi shampoo comenzaba a desaparecer a razón de un centímetro de tarro por día. Pregunté y por supuesto nadie sabía nada al respecto. No dudé mucho quien podría ser.

Si la convivencia en pareja ya es de por si complicada (y eso que está presente el sexo que todo lo arregla), la convivencia entre seis personas totalmente ajenas entre si suele ser lo mas parecido a Kosovo en la Serbia del mariscal Tito.

Poniéndome el traje de soldado de la OTAN decidí que algo tendría que hacer, pero tenía que ser algo sutil, planificado y letal.

Agarré todo lo que tenía a mano, detergente para platos, Pinolux de lavanda, Procenex de limón, Odex clásico, perfume berreta, Raid naranja (o negro, no recuerdo, ese para las cucas) y algunos fluidos corporales.

Mezclé todos los ingredientes junto con el poco shampoo que me quedaba (siempre respetando el color amarronado original), rellené el envase y lo puse donde estaba.

Pasaron los días mientras notaba con asombro que el líquido infame disminuía al mismo ritmo que el anterior. Nadie decía nada.

Yo – Ché! Hay que garpar el alquiler mañana. Tenés la guita?
Rata – No voy a llegar – siempre era lo mismo
Yo – Dale rata! Después nos cobran más caro…
Rata – Como??? Rata yo? Y vos que te compraste ese shampoo de mierda!! Me decís rata a mi!!

Momento sublime.

Vivan!

lunes, 23 de marzo de 2009

8 - 2 - 4 (casi 5) (Parte IV y final)

Ya lo sabía, era ella, y ahora?. La encaro sin anestesia a ver que pasa? Le sigo el jueguito a su compañera de cuarto? Me sigo haciendo el boludo?.

Por esos días llegaron dos señoritas al piso, que enseguida “entraron” bien en el grupo. Viéndolo a la distancia creo que este fue el hecho que hizo que ella definitivamente se decidiera a marcar terreno antes de que yo cayera en manos de la reciente competencia.

Ya era tarde a la noche y quedábamos pocos aun en pie. Yo estaba tirado en un sillón cambiando compulsivamente los canales, cuando ella apareció entre el humo de mi cigarrillo.

Laqueviveconmigo – Ya no tengo novio – me dijo sonriente.

Yo – Que garrón, que paso? – Vamos carajo!!! se me va a dar! gritaba por dentro.

Laqueviveconmigo – No daba para más y bla bla bla – ya no la escuchaba, mi copocha no paraba de repasar posibles planes de acción.

Yo – y como estas vos? – haciéndome el boludo.

Laqueviveconmigo – Bien, sin ganas de pensar.

Yo – Nada mejor que mirar un poco de tele! – le dije invitándola a sentarse.

Se sentó al lado mío sin decir mas nada. Habrán pasado 2 o 3 silenciosos minutos cuando entró en la habitación una de las dos nuevas señoritas enfundada en un cortísimo (Si, cortisssssimo) camisón violeta, por supuesto que no pude evitar mirarla. Dijo algo sin importancia, se sirvió un vaso de agua y se fue.

Yo – Que queres ver?

Laqueviveconmigo – Cualquier cosa.

Yo – Tomá el control, mirá lo que quieras.

Ella agarró el control y ni lerda ni perezosa apago la tele. Cuando yo quise decir algo ya era tarde. Nos besamos con fuerza en el sillón, abrazándonos y acariciándonos como si ya lo hubiésemos hacho juntos miles de veces.
En medio de esta faena volvió la chica del camisón violeta, esta ves no la queria mirar, en su lugar note en los ojos de mi chica la satisfacción de haber ganado la batalla.

Al mes empezamos a salir. Una fiesta del feriado del 25 de mayo fue el día.

(No!!! Falta muy poco para los 5 años. Consejos?)

8 - 2 - 4 (casi 5) (Parte III)

Estaba leyendo tranquilo y concentrado sentado en los sillones de la residencia. Ya habían pasado un par de días desde que había cortado con Segundanovia después de los peores dos años de mi vida.

Chicachismosa – No sabes lo que me enteré!!?

Yo – No, pero yo no fui! – me atajé rápidamente.

Chicachismosa – Ah! No, no!! Te vas a morirrrr!!!. – toda entusiasmada.

Yo – No me metas en quilombos, mejor no me digas nada

Chicachismosa – Seguro…? – haciéndose la misteriosa.

No le respondí, no la mire, no respiré, no quería saber nada de lo que me podría decir, luego de un año de vivir allí (junto a otras 16 personas) sabía que así es como comienzan los problemas y no quería ser parte de eso.
Pero me sorprendió lo que dijo a continuación, mientras yo me escabullía hacia mi habitación.

Chicachismosa – Hay una chica de la residencia que está enamorada de vos…?

Yo – … – la puta parece que volvimos a la primaria.

Subí y me senté. Conociéndome, si ella me decía quien era me empezaría a portar como un pelotudo en frente de quien sea que fuese.

Toc, toc. “Dale dejame decirte!” escuché. Decidí abrir.

Yo – No quiero saber, además, ¿vos no sos amiga de Segundanovia?

Chicachismosa – Nada que ver!! – cuanta hipocresía, se habían jurado amistad “eterna” en mas de una ocasión.

Yo – No me importa, no quiero saber. – ya un poco molesto.

Chicachismosa – Bueno, no te digo nada, igual ella tiene novio…

Ya no la soportaba. Le cerré la puerta en la cara mostrando mi hospitalidad, creo que algo más dijo, pero el golpe de la puerta no me había dejado escucharla.

“Mierda, quien será? Pero tiene novio…porque me dice esto? Espero que no sea ella…y si es? Que cagada…“ Mi cabecita hervía. “Ma´ si! Le pregunto… ¿total?”

Baje rápidamente la escalera, me llevé puestas 2 sillas en el comedor y pisé agua en la cocina. Toque la puerta y nada. Ya emprendía la retirada cuando escuche dar vuelta la llave en la puerta.

Laqueviveconmigo – Word!!? – sorprendida.
Yo – Ha! Hola, buscaba a Chicachismosa
Laqueviveconmigo – No está, pasa a esperarla si queres.

No lo podía crear, después del día de la tortilla no habíamos hablado mas, además, la podría esperar en cualquier parte de la casa, pero ella quería que me quede allí.

Yo – No, dejá ya me contestaste vos lo que quería saber. – y me fui.

sábado, 21 de marzo de 2009

No tan distintos

A mi me gusta la música, a ella leer.

A mi me gusta el calor, a ella el frío.

A mi me gusta el mate, a ella el café.

A mi me gusta el bosque, a ella el mar.

A mi me gusta el campo, a ella la platea.

A mi me gusta el asado, a ella las pastas.

A mi me gusta ver fotos, a ella películas.

A mi me gusta el Fernet, a ella el gancia.

A mi me gusta caminar, a ella andar en bici.

A mi me gusta en la cama, a ella en el sillón.

A mi me gusta morderla, a ella que la acaricie.

A mi me gusta las comedias, a ella los dramas.

A mi me gusta agarrarla de la mano, a ella abrazarme.

A mi me gusta mirarla sin decir nada, a ella hablar sin mirarme.

A mi me gusta andar descalzo, a ella tener los pies inmaculados.

A mi me gusta levantarme temprano, a ella dormir hasta las tres.

A mi me gusta reírme a carcajadas, a ella que no haga papelones.

A mi me gusta dormirme apoyado en su pecho, a ella haciendo cucharita.

Y sin embargo no somos tan distintos. Loco no?.

Vivan!

Gol de Mujer

- Goooolllll!!!!

- No mi amor, esos son los otros…

- Pero como!!?? No son los de rojo?

- No, hoy jugamos con la camiseta blanca.

- Pero..como? porque entonces decís todo el tiempo “vamos Rojo!!”? Decí "vamos blanco!" mejor.

(Ahhhyy…que linda boca que tenés, te perdono cualquier cosa…)

A la semana siguiente…

- Goooolllll!!!!

- No mi amor, esos son los otros…

- Pero como!!?? No jugaban con la camiseta blanca ahora?

- No, hoy jugamos con la camiseta roja

- Que complicado que es esto del fútbol, hay que ser adivina.

- Si hermosa, ni te gastes. (Ahhhyy…que voy a hacer con vos…)

viernes, 20 de marzo de 2009

El Pantalón Blanco

Duda existencial:

¿Las mujeres no saben que ponerse un Pantalón Blanco es lo mismo que ponerse un cartel enorme con luces de colores y una flecha de neón que dice “Mírenme el culo!!”?

Lo hacen a propósito? Son consientes de los accidentes de transito que provocan?
Se deberían confiscar todos los pantalones blancos y quemarlos cual droga incautada?

(A mi personalmente me encantan estos pantalones. Cuando Laseñoritaqueviveconmigo se los pone disfruto mucho cuando pesco a algún mirón descuidado con sus ojos puestos en ella. “Si flaquito está conmigo!! Mirá ahora como la beso ahora! Toma botón…te querés matar!!”).


Vivan!

Un Baion Para El Ojo Idiota

Leyendo rápidamente los comentarios en un blog amigo me quede re colgado cundo leí esto:

“Cuando estas tanto tiempo en pareja, te acostumbras a verte a través de los ojos de tu pareja. Si te dice que estas lindo, te sentís lindo, si te dice que algo te queda mal, es probable que te lo quites, y así. Es por eso que al separarte, uno se tiene que reacostumbrar a verse tal como es y no a través de los ojos de nadie más…”

Como es eso de verse a través de los ojos del otro? Es tan así? No tiene que ver con la estima propia? No tenemos ingerencia ni podemos hacer nada al respecto? Porque la percepción es muy personal y generalmente viciada de prejuicios y valores propios e individuales.

Si vamos al caso, estando o no en pareja, se vive a través de los ojos de los demás en todos los ámbitos, los ojos de tu jefa, tus amigos, tu familia, del Chino de la esquina y del perrito de la vecina (cada vez que paso me mira fijo y se asusta).

Será que en realidad, nosotros somos el producto de las percepciones ajenas? Es tan patética la vida? Como lo evitamos?

Vivan!

jueves, 19 de marzo de 2009

El arte del buen comer

Cuando ella cocina a la noche yo no la jodo. Nada. Aprovecho para sentarme tranquilo a tomar una birrita, leer algo, escribir esto o escuchar la radio (obviamente luego de haber ofrecido mis servicios de ayudante de cocina).

Entonces yo digo, me pregunto:

Porque mierda no me deja cocinar a mi en paz!!???

“Pénele sal!!”, “No tanta che!”

“Cortá mas finita la cebolla!”, “No, no el morón se corta mas gruesito…”

“Lavaste la verdura”, “Pará animal! La zanahoria no se lava!”

“Subile un poco mas el fuego!”, “La quemada la comes vos eh?”

Loco basta! no es justo… No lo digo por hacer la comida, si fuese por mí cocino todos los días. Pero cortala!! Anda a hacer algo productivo, cortate las uñas, planchate el pelo, escribí un poema, plantá un árbol!.

En fin! Ya me descargue!

Vivan!

Se va la segunda!

Corrí lo más fuerte que pude, escapándome. De fondo la escuchaba claramente llamarme a los gritos, ni siquiera el caos de la Av. Rivadavia a las ocho de la noche podían callarla.

Le había dicho todo, todo lo que sentía, lo que pensaba. “No me parece que esto nos haga bien”, “Hace rato que sabemos que esto no va ni para atrás ni para adelante”, “No siento lo mismo de antes”, “En este tiempo que nos dimos no te extrañé”, “Ya no te amo”, hasta le dije lo peor que se le puede decir a una señorita: “Salgo con otra” ademas de una sarta de cosas que harían llorar al mismísimo Hitler, pero no a ella. Me quería “retener” (palabras de ella) de la misma forma en la que había entrado en mi habitación la noche de los dos tequilas.

Ya no sabía que mas decirle, estaba decidido a cortar la relación y ella no lo entendía. Nos habíamos dado “un tiempo” de un mes que ya se cumplía y no quería seguir con ella, dos años mediopelo es tiempo mas que suficiente para darse cuanta si las cosas caminan o no.

Llegué a la residencia y ni bien abrí la puerta sonó el teléfono. A esta altura se estaba transformando en una “maquina de romper las pelotas”.

Residente – Word!!! Es tu chica! TELEFONO!! – escuche mientras me encerraba en la pocilga de mi pieza.

No contesté, pero no le importó. Tantas tardes y noches compartidas con mis co-habitantes de la residencia la habilitaban tácitamente a venir cuando quiera. Así fue, media hora después y sin anestesia toco el timbre.

Residente (mujer) – Hola..?? Si, si pasa! – laputaqueteparió pensaba al escuchar eso.

Yo – Por que le abriste?? – debo haber puesto una caripela, porque la pobre piba que nada tenía que ver en el asunto me contesto pálida:

Residente (mujer) – Pero? No es tu novia?

Yo – Si…va no ya no!! Decile que me fui y no sabes a donde. Dale?

Mi cómplice circunstancial accedió y yo como el más cagón de todos me encerré en mi pieza. (Repasé muchas veces esta escena en mi cabeza, creo que si justo en ese momento se me desprendía el pito del cuerpo como castigo “divino” no tendría derecho a replica alguno).

Su insistencia fue insoportable y mi cómplice se quebró. No se iba a ir a ningún lado, no hasta que yo llegara. Se quedó parada en la escalerita que daba a mi habitación como un granadero “enamorado”. Mientras yo intentaba concentrarme y meditar para ver si me podía teletransportar a un lugar mejor.

Dos, tres, cuatro, cinco horas. Las ganas de mear que tenia ya no las aguantaba...
A ver? (espiando por el agujero de la llave) está ahí! Firme!.
Que hago me meo!! Meo por la ventana?...no. Meo en el piso?...tampoco un asco, para eso mea por la ventana boludo!. Que hago??que hago?? Ya la desesperación podía más que la razón. Ma’ si! Agarré la lata que oficiaba de tacho de basura y empecé a mear a oscuras (antes saque la bolsa de residuos).

Creo que fue el ruido que hacia el meo al golpear con el fondo de la lata o mi gran “Ahhhhhhhh!!!!! Que buenooooooo!!”, pero antes de que termine me empezaron a patear la puerta.

Segundanovia – Estas ahí!!!???? Hijodepluta!! Salí!! Salí!!! – gritaba sacada como nunca la había escuchado.

Golpeó y pateo la puerta hasta que ya no lo soporte mas y abrí. Su cara decía todo, atinó como a pegarme una cachetada o algo así pero no lo hizo. Me miro, yo agaché la cabeza y me dijo algo que aún hoy retumba en mi cabeza.

Segundanovia – Perdón por haber venido. Pero ahora entiendo REALMENTE que no queres estar mas conmigo.

Yo – No te mereces que te haga esto…

Segundanovia – Si, lo necesitaba, sino nunca me animaría a decirte que no te quiero ver más.

Yo - …

Segundanovia – No te quiero ver más. Me bajas a abrir?.

Tenía razón, no la vi más.

Vivan!

8 - 2 - 4 y continua (Parte II) "2 botellas de tequila por 2 años de noviazgo"

Teníamos un departamento de “laputamadre”: terraza con parrilla, cocina con una barra para tragos, cuatro habitaciones enormes (una estaba acuatizada de forma profesional), unas vecinitas hermosas que se ofrecían “muy” dispuestas a limpiar TODA la mugre que generábamos entre los seis (si, si éramos seis) e incluso a bañarnos si es que se lo pedíamos. Un cocinero, dos técnicos en sonido y grabación, un director de cine, un periodista y un ingeniero, así se componía esta improvisada familia (por su puesto que todos éramos estudiantes).

Nunca la pasé tan bien acá en Baires como la pase esos dos años que nos duró el contrato.

Ella era amiga de Cutillo (por los aparatos de los dientes) uno de los técnicos que vivían conmigo y amiga de la infancia del Director. Venía bastante seguido (solo simulaba estudiar, creo que hacia el CBC) y se quedaba por horas, incluso alguna vez se quedó a dormir.

A mi no me gustaba, aunque era una mina muy llamativa y simpática, pero no me gustaba. Siempre echada en los sillones mirando tele y fumando hasta por los codos, pidiendo por favor que le alcancen “esto o aquello” con tal de no levantarse.

Creo que fue un viernes a la noche que se apareció en el depto con 2 botellas de tequila “José Cuervo” (desde acá empezó a sumar puntos) robadas de algún súper Chino. Tenia una llamativa habilidad para afanar cosas de los mercados, se robaba desde pedazos de queso de medio kilo hasta bebidas “espirituosas”, siempre alegando clemencia en nombre de “los estudiantes no tenemos plata” (Mentira!! Los viejos le mandaban guita en carretilla!!).

En ese momento solo estábamos el Director, el Cocinero y yo. Por supuesto, antes de ahogarse en ese jarabe de palo que es el tequila seco, había que morfar algo como para hacer una base. Ella nos preparó una tarta de jamón y queso (de la que solamente pagamos la masa, lo demás se lo robó. Ah! También sumó puntos con esto) que duró medio segundo en la mesa.

Con la panza llana nos dispusimos a alegrar el corazón. La primera botella al parecer se evaporó, entre los cuatro la liquidamos, la segunda nos costó un poco más.

No recuerdo bien que pasó a continuación, pero yo subí las escaleras como pude hasta mi pieza (yo dormía solo en la habitación que estaba acuatizada porque era el único que se levantaba temprano y los otros rompían las bolas TODOS los días hasta bien entrada la madrugada). Tampoco recuerdo porque saque el colchón de la cama y lo tiré al piso, como teniendo una premonición sobre lo que estaba a punto de ocurrir, la cuestión es que me estaba sacando la ropa cuando la vi, parada en la puerta de la pieza, muda, mirando.

Segundanovia – No te irás a ir a dormir no? – me dijo como si ella no hubiese tomado ni una gota de alcohol.
Yo – mmmssseeeeeennnnoooo - balbucee.
Segundanovia – Mirá que todo esto fue por vos, la comida, el tequila y esta tanguita.

En ese momento entró a la pieza y cerró la puerta acústica con llave. Yo estaba parado en la punta del colchón que yacía en el suelo, se me vino encima y me empujó estratégicamente al colchón. Debo haber caído muy torpemente porque ella pregunto si me sentía bien (en este punto ya ni siquiera sentía…). Metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacó una caja de forros mientras yo a medio desvestir la miraba sumiso tirado en el colchón (lo tenia perfectamente planificado y no estaba dispuesta a dejar pasar esta oportunidad).

Estuvo MUY bueno. Creo que por primera vez me dejé llevar completamente, ella tenía mucha experiencia en estos menesteres y no le resultó nada difícil lograr que coopere en todos sus requerimientos sexuales las veces que lo solicitó.

Me desperté roto. No por el alcohol consumido la noche anterior, sino por las piruetas realizadas sobre el colchón viejo. Ella dormía al lado mío, desnuda boca arriba y a medio tapar. Me levanté sin hacer ruido y bajé las escaleras. Estaban todos, ya era tarde.

Cocinero – Que joda anoche ¿no?

Yo – Si, el tequila me partió la mente…

Cocinero – Que tequila ni tequila?. Se la pasaron cogiendo!! Hijodeputa!! No sabes como se escuchaba! Nos tuvimos que ir un rato a la plaza! – interrumpiéndome a los gritos.

No me había dado cuenta que la ventana que daba al pulmón estaba abierta de par en par y no tenia colocado el panel acústico.

Y así fue (que barato que soy) 2 botellas de tequila por 2 años de noviazgo. Ha! Y la mala onda de Cutillo por unos días, ya que al parecer a él la gustaba Segundanovia.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Fulbito con los pibes

No es justo. Subí como pude las escaleras, sabia que si llegaba antes de las 21 laseñoritaqueviveconmigo no habría llegado de la psico.
Abrí la puerta pensando en porque mierda no tengo reloj y la vi.

Laseñoritaqueviveconmigo – Porque no lavaste los platos!!?

Todo transpirado y colorado como suelo ponerme después de jugar al furbol, la miré y no le dije nada.

Ella sabía que del laburo me fui a la cancha y que recién llegaba. Como tendría que haber lavado los platos???? Telepatía? Anoche nos acostamos después de comer, garchamos, dormimos y hoy me levante a las 7 y me fui

Le di un beso sin decirle nada. Estaba con un par de días sin afeitarme y se que le jode que la pinche. Sorpresivamente no se corrió.

En el fondo seguro que sabe que ya se está pasando de "viva". Otra oportunidad?

La curiosidad mató a Word

Estoy a meses de los 30 y como les decía antes, desde los 14 años estoy sistemáticamente de novio. De estos últimos 15 años creo que solo unas pocas semanas estuve realmente “soltero”.

En las “generales de la vida” considero que me va muy bien, tengo un laburo muy redituable y acorde a mi formación académica, mis amigos (de allá y de acá) se acuerdan de mi constantemente y lamentan mis cada vez mas frecuentes ausencias, me llevo fenómeno con toda mi familia (hasta con esos primos "malditos" que me jodieron toda la infancia), no tengo rencores ni resentimientos hacia ninguna persona (dentro de esta calificación no se encuentran los políticos), soy feliz hasta con la pelotudez mas grande, nunca ando de mal humor y no me cuesta levantarme a las 7 de la mañana todos los días.

Pero hay algo, una sensación, un “no se que” que es directamente proporcional a la necesidad de libertad, de probar cosas nuevas, vivir otras cosas, tocar otras pieles y besar otras bocas.

Todo esto me hace replantearme las cosas:

Tendría que haber disfrutado de mi soltería de mas chico? Ya fue? Así de rápido?

Estoy a tiempo de largar todo a la mierda y garcharme a todo lo que ande dando vueltas cerca sin que me importen compromisos ni sentimientos? Soy así realmente? Es “eso” lo que me terminaría de calzar para poder aliviar esta sensación?

Le doy bola a la secretaria del gerente, que muy bien dispuesta y sin disimulo me tira onda todo el día sin importarle que tenga novia y aliento a café de oficina?

Le hago caso a mi vieja y me caso y tengo hijos y un perro y... ?

Llamo a mi ex-compañerita de facultad que no dejaba de decirme “hay…Word yo con vos me caso…” que desde que la vi apolladita en la barra del buffete de la facu, le tengo más ganas que a un Fernet?

Laseñoritaqueviveconmigo es el amor de mi vida? Y si la dejo y me voy (además de perder algunos muebles) me estoy perdiendo “la gran mujer”? No la valoro lo suficiente? No me valora lo suficiente?

No lo se, pero no quiero esperar mucho mas. Si no me asumo y me hago cargo de las cosas que me pasan, de las cosas que siento (siendo lo mas egoísta que el corazón me deje) no creo que nunca averigüe que es esto que me está apretando el pecho justo antes de dormirme.

Por ahora escribo este Blog y ya siento algunos de sus efectos "curativos".

Se va la primera!

Todo esto por teléfono a más de 1200Km de distancia.

Primeranovia – DESDE CUANDO!!!?? hijodepluta!!

Yo – y… hace unos meses...

Primeranovia – y por que me lo decís ahora laplutaqueteremilparió!!!??? - interrumpió a los gritos.

Yo – Porque ahora está embarazada.

Primeranovia – “tu, tu, tu…”

Yo – Negra? hola?

Y así fue como tiré a la mierda ocho años de mi vida (si si, por telefono).

Pero esto empezó unos añitos antes...

Cuando me viene a estudiar decidimos que no teníamos por que cortar la relación de 5 años, yo viajaba cuando podía y ella hacia lo mismo. Cuestión que cada dos o tres meses nos veíamos por unos días. En el ínterin los dos nos rompíamos la cabeza estudiando así todo esto terminaba lo mas rápido posible.

El tiempo pasó rápido, los primeros años separados habían fortalecido la relación, así que ese mismo verano nos “comprometimos” sin saber bien que es lo que hacíamos.

El verano también pasó rápido. Pasamos unos días en Las Grutas en lo que fue nuestras primeras vacaciones solos, el sexo se hacia cada vez mejor aprendiendo todo juntos.

Así fue que volví, pero ya nada sería lo mismo. Me mudé del departamento de tres ambientes en Villa Crespo y me fui a un departamentito miniatura que compartía con un primo gay (no lo sabia en ese momento) en pleno Barrio Norte.

El espacio no sobraba y yo comenzaba a laburar de lo mío, por lo que nuestros encuentros se hicieron cada vez más esporádicos y más cortos, hasta que dejamos de viajar (ese año yo no fui y ella no vino).

En este contexto, mis hormonas afloraban por todas partes al ritmo de las miles (sin exagerar) de mujeres hermosas que pululan por la Capital (piensen que vengo de una ciudad pequeña del sur Argentino, donde la variedad de especímenes es muchísimo mas pobre, no en calidad, sino en cantidad).

Ya le había sido infiel antes, pero nunca la había dejado de amar (si es que ahora sirve de algo). Sin embargo, esta vez fue diferente, necesitaba esa sensación de sentirme enamorado, de descubrir de a poco a una persona, de caminar por la calle agarrado de la mano disfrutando del otro (parezco una mina hablando así...).

Hacia calor y estaba con un amigo tomando una birra sentado en la plaza que tiene la fuente el la calle Córdoba al 3000 y pico, cuando en el banco de al lado se sentaron tres señoritas.

ElPalmera (Tenia los pelos como Bob Patiño) – Che, las invitamos a tomar un trago?? - dandome unos cuantos codazos.
Yo – Dejá de joder, estas porteñas son re mala onda!
ElPalmera – Bueno – me dijo mientras me manoteaba la botella y se levantaba del banco para encarar a las chicas.

Se acercó al grupete y no se bien que carajo les dijo, la cuestión es que las chicas se vinieron a sentar con nosotros.
No eran porteñas, eran todas estudiantes que vivían en una residencia a la vuelta de la plaza.
De las demás poco me acuerdo, pero de ella si que lo hago. Una rusita hermosa de pelo lacio y piel muy suave, que también era del sur, así que nos colgamos hablando de eso y de sus intenciones de estudiar periodismo deportivo.
Pasaron las horas, las birras, las pavadas y las risas. Cuando ya nadie tenia más plata encima (en esa época por $1,50 te comprabas una Quilmes) una de sus amigas decidió ir al cajero, con la caballerosidad que caracteriza a un cuasi-adolescente en celo, mi amigo se ofreció a acompañarla. Así arrancaron las dos amigas de ella y ElPalmera.

Cuando volvieron nosotros ya no estábamos. Apenas doblaron en la esquina nos matamos en el banco. Hacia mucho que no me besaban y mucho menos así como lo hacia ella, besos húmedos y carnosos con gusto a chicle de menta.
La cosa se fue de las manos (o a las manos), no se como ni porque, en un momento me encontré en patas caminando en puntitas de pie hacia la habitación de su residencia “Católica” (la historia de cómo salí de ese lugar es fantástica…).
Pasaron los meses y nos seguíamos encontrando cada vez más seguido, nunca le dije que tenía novia (que cagón!).
Así fue que un buen día de noviembre me llamó por teléfono diciendo que tenia algo muy importante que decirme (en ese momento creo que una parte de mi supo por donde venia la mano).

Sureña – Word, pasó algo…no se como empezar…
Yo – Que pasó?? – interrumpí nervioso.
Sureña – Estoy embarazada – dijo con alegría en los ojos y una gran sonrisa en la cara.
Yo – Seguro?
Sureña – Si! Me hice el Evatest hoy a la mañana ¿Como te diría algo así sin estar segura?– continuaba sonriente.

No se bien que sentía, creo que lo único que tenia en la cabeza era que corno hacer con Laprimernovia, como le decia esto. Estaba asustado.

Yo – Estas contenta? – como esperando algo que sabia que no pasaría.
Sureña – Mas vale! Que vos no??
Yo – No se…
Sureña – No me importa! – gritó – Yo si estoy feliz y lo voy a tener con o sin vos! Además mi vieja está feliz y mis hermanos también!
Yo – Le contaste a tu familia!!?? Antes que a mi??? Vos estas loca!! No podes hacer eso…

La abrasé lo más fuerte que pude con una mezcla de sentimientos que nunca había experimentado.
No hablamos mucho mas del tema, ella ya se había decidido.

Pasó el tiempo y llegó diciembre. Laprimeranovia ya era solo LaExprimeranovia y la Sureña se volvía a la casa de sus viejos para pasar las vacaciones, de haber sabido que nunca mas en mi vida la vería, creo que le hubiese dicho otra cosa el día que la acompañe a Retiro. En fin.
Navidad y año nuevo sin novedades, hablando por teléfono día por medio (con ella, sus hermanos y sus viejos). Para este momento todo mi entorno ya estaba al tanto de cómo eran las cosas (mi vieja estaba insoportable!). Hasta que esa tarde-noche sonó el teléfono.

LaSuegra? – Hola Word?
Yo – Si, quien habla?
LaSuegra? – Te llamo porque paso algo con la Sureña. – dijo entre llantos.
Yo – Que?? Que paso? – mi corazón se me salía del pecho.
LaSuegra? – Lo perdió Word! Lo perdió! – fue lo último que le escuche decir.

Colgué el teléfono, me sentía aliviado pero a su vez muy angustiado por la Sureña, su familia, mi familia y por no poder haber estado con ella en ese momento…
Hace poco supe que está casada con un pibe de sus pagos, se recibió de periodista y labura en un programa de radio local.
Hoy tendría 7 años.

Vivan!

8 – 2 – 4 y continúa. (Parte I)

Desde 2do año de la secundaria estoy sistemáticamente de novio. Digo sistemáticamente porque siempre que corté con alguna de las chicas ya había otra con la que comenzaba el romance.
Con mi primera novia salimos 8 años y monedas. Todavía me acuerdo haber pedido permiso para ir al baño justo después de que ella saliera. Los baños de la ENET N°1 estaban algo lejos de las aulas, había que cruzar un patio enorme de tierra hasta donde estaba un galpón que oficiaba de taller y en cuyo costado se encontraban los baños.
Ella caminaba unos 10 metros adelante mío (que buen culo que tiene…). Dos veces se dio vuelta para mirarme, la segunda vez me sonrió. Ya estaba todo dicho.
Entró al baño de damas mientras yo prendía un pucho torcido y arrugado que tenia guardado en el bolsillo (en esa época nuestro “Centro de Estudiantes” había conseguido que nos dejen fumar en el patio de la escuela a cambio de que tiráramos las colillas en un tacho, así que no me preocupaba que me dijeran algo).
Terminé el faso en menos de dos segundos y no aguanté mas la espera.
Me mandé furtivamente al baño de damas. No había nadie mas que ella, paradita en frente a la línea de canillas. No se sorprendió cuando me miró através del espejo, como si me estuviese esperando.

Yo – Quiero hablar con vos. – seguro y confiado.
Primeranovia – Yo también - mientras se daba vuelta para mirarme a mi en lugar de a mi reflejo.
Yo – Querés que te espere afuera?
Primeranovia – Todo bien, decime

Me le acerqué lo más que pude y mirándola a los ojos:
Yo – Tenés lo de geografía? – Siempre me caractericé por mi valentía!
Primeranovia – Que boludo que sos… - con mueca de risa.
Yo – Si ya se, lo que pasa es que vos me gustaste desde primer año y… - no terminé de decir nada.
Ella me abrazó con fuerza por una eternidad, creo recordar que cuando finalmente me soltó tenía los ojos llenos de lágrimas. Nos besamos con gusto a lágrima (el mismo que sentiríamos muchas otras veces).

Caradecaballo (preceptora de turno) – Epa, epa! Que pasa acá?? – dijo apoyada en la puerta del baño, con ese tonito característico de las minas jóvenes que no la ponen nunca.

Nos despegamos al instante y salimos rápidamente del baño, sin decir nada, pero agarrados de la mano. Enfilamos para el aula y a la mitad del patio escuchamos:

Caradecaballo – Nada de chupones en el recreo!! Eh?

Entramos al aula juntos mientras todo el curso sabia lo que había pasado (no por los 45 minutos que habíamos tardado sino por la cara de pelotudo que tenia yo en ese momento).
Desde primero nos sentábamos bastante cerca uno del otro, a uno o dos bancos de distancia.

Yo (bien bajito) – Que día es hoy?
Primeranovia – Es viernes, viernes 13.

(Mierda!! Tendría que haber esperado hasta el lunes pensé, al tiempo que el profesor de matemáticas me “invitaba” amablemente a que resuelva una ecuación con dos incógnitas en el pizarrón).

Vivan!

Slalom de basura - La nueva disciplina Olímpica

Hacia rato que no salíamos. El poco tiempo libre que tenia lo dedicaba al desarrollo de mi tesis (casi un año y medio me llevó terminarla) y ella se lo aguantó de manera estoica.
Pero ese fin de semana era diferente, después de un invierno donde nos cagamos de frío porque “…compremos la tele y la heladera, el calefactor lo dejamos para más adelante…”, empezaban los días otoño-primaverales.
Decidimos salir. Íbamos a comer, después a un bar y si pintaba boliche. Repito que hacia mucho que no salíamos solos.
Yo me puse un jean y una camisa blanca, en cinco minutos ya estaba listo.
Ella por su parte se probó por lo menos el 60% de su guardarropa. Cada vez que se ponía algo era lo mismo. “Miráme que gorda que estoy!!” “Esto me hace muy culona??” “Esto no me combina con la cartera ni a palos ¿No?” (Estragos del invierno).
Dos horas después estaba lista. Vestido negro puesto con calzador, el pelo suelto, aritos y collares haciendo juego, zapatos de taco, en fin tenia puesto todo lo que no se había podido poner en un año y medio de calvario.
Estaba verdaderamente hermosa.
Salimos a la calle y el aire calido se hacia sentir, la noche estaba espectacular. Era una de esas noches típicas de San Telmo donde no solamente los extranjeros andan por la calle.

Laseñoritaqueviveconmigo – Vamos caminando. Comamos por acá.

Yo – Que linda que te debes sentir? – ella no camina ni a palos, se toma el colectivo para ir al laburo que le queda a ocho cuadras.

Laseñoritaqueviveconmigo – Dale vamos!

Caminamos una cuadra agarrados de la mano, practicando el deporte “barrial” de San Telmo “Slalom de basura” mientras charlábamos de cualquier cosa.
En una milésima de segundo siento un tirón en el costado y veo (en cámara lenta) como Laseñoritaqueviveconmigo de desploma despatarrada en el suelo al tiempo que pegaba un grito que creo que no voy a olvidar nunca.
Yo no pude hacer nada (nada mas que tratar de no reírme).
Como pude la ayudé a incorporarse, el vestido antes negro exhibía un gran tajo al costado de la pierna, sus rodillas tenían raspones perfectamente redondos (como los que quedan después de garchar sobre una alfombra) de los que caía un pequeño hilo de sangre que manchaban las medias rotas que hacían juego con uno de los zapatos ya sin taco.
En ese momento, entre sus sollozos, la vi. Una enorme cáscara de banana aplastada en el suelo que formaba la imagen de una gran sonrisa.

Esto hice como represalia y para que Laseñoritaqueviveconmigo deje de llorar…




Vivan!


martes, 17 de marzo de 2009

El ritual de la tortilla

Ya hacia un año que vivía en la residencia y varios más desde que me había mudado a la Capital cuando ella alquiló la habitación cuya ventana yo veía desde la mía. Mi pieza era una pocilga inmunda, que alguna vez supo ser la despensa de un departamento de piso completo con ocho habitaciones, de no mas de dos metros cuadrados (No, no estaba preso pero casi…) que se ubicaba justo arriba del comedor que compartíamos.
La fauna del lugar la componían por ese entonces 17 personas, todos estudiantes y/o laburantes de todas partes del país y no teníamos supervisión “adulta” de ningún tipo, salvo los sábados que se aparecía la dueña del lugar o su hermano a “ver que onda”.
Ah! Me olvidaba, de los 17 éramos 7 hombres y 10 mujeres de entre 17 y 25 años (los detalles los iré contando a medida que me los acuerde…).
Así dispuestos, algunos compartían sus habitaciones y otros (dadas las dimensiones ya descritas) estábamos solos.
Ella se había venido a la Capital a estudiar y “de paso” estar mas cerca de su novio que supuestamente había venido a lo mismo.
Yo salía hacia rato con una chica con la cual nunca debí hacerlo (Dejémoslo para cuando de…).
La primera vez que recuerdo que hablamos (un sábado o un domingo porque era el mediodía y yo no estaba en el laburo), ella estaba intentando hacer la peor, insulsa y quemada tortilla de papas que había visto (y probado) en mi vida…

Yo – que estas haciendo? – le pregunté curioso mientras veía como cortaba una papa a lo ancho en fetas muy finitas.
Laseñoritaqueviveconmigo – Me estoy por hacer una tortilla. Por? - dijo soberbia
Yo – Estas segura de lo que haces? – retruque rápidamente haciendo alarde de mis habilidades culinarias adquiridas durante mis años lejos del hogar.
Laseñoritaqueviveconmigo – Si – me dijo mientras ponía estas rodajas de papa en una sartén casi sin aceite.
Yo – Te puedo dar un consejo?
Laseñoritaqueviveconmigo – No, no gracias – (sin mirarme).

No esperaba esa contestación, así que me quedé parado junto a ella en silencio mirando como continuaba haciendo eso que llamaba “tortilla”. Cada tanto me espiaba de reojo como dándome pié a que dijera algo. No lo hice.
Con la sartén cubierta por varias capas de papas finitas y crudas prendió el fuego, agarró uno de los tres huevos que tenia en la mesada, lo rompió y lo echó sobre las papas (así nomás sin batirlo ni condimentarlo).

Yo – Noooo! – se me escapó.
Laseñoritaqueviveconmigo – Que pasa? – seguía sin mirarme.
Yo – Nada, nada – preguntándome como cuernos daría vuelta ese pegote amarillento y crudo.
Laseñoritaqueviveconmigo – Mas te vale! – replicó ahora si me mirarba pero con el seño algo fruncido.

No dije nada más, caminé unos pasos por el pasillo hasta el comedor y me senté en un lugar donde la veía perfectamente. Era la primera vez que realmente la miraba, ya hacia un par de semanas que se había instalado pero nunca le había prestado demasiada atención, no porque no la mereciera, sino porque siempre que la veía estaba con el novio.
Me llamó mucho la atención con que "delicadeza" chocaba los huevos contra el borde de la sartén, no exagero al decir que fácilmente le requería 15 o 20 golpes romper cada uno (todo una experta).
Habían pasado no más de 10 minutos cuando empezó el “ritual de la tortilla” (no es una porno lésbica!). La desesperación se había adueñado de ella. Con la misma delicadeza con la que rompió los huevos, intentaba (en vano) de todas las formas posibles y con todos los utensilios que tenia a mano despegar de la sartén aquel engrudo de papa y huevo. Todo esto con el fuego de la hornaya mas grande al maximo.
No había nadie cerca (sábado o domingo al mediodía no andaba ni un alma por los pasillos), ni en la cocina, ni en el comedor ni si quiera en la PC que compartíamos entre todos. Solo yo, mirándola “ofendido” por como me había hablado.
Ella sabía que yo estaba allí y que la miraba atentamente, pero no pidió mi ayuda, en lugar de eso raspaba vigorosamente el fondo de la sartén con un cuchillo mientras el humo y el olor a quemado ya se sentían desde donde yo estaba y se tornaban algo nocivos para la salud.

Yo – Te quedó rica? – le grité irónicamente tragandome el orgullo.

Ella levantó la cabeza inmóvil y me miró fijamente por los 10 segundos más incómodos de mi vida.

Laseñoritaqueviveconmigo – Me saco este olor a humo y te invito una hamburguesa en el McDonalds. Venís? – Dijo mientras intentaba sin éxito esconder la risa.

Hoy hace más de 4 años que vivimos juntos. Muchas cosas cambiaron desde ese día. Pero eso, eso es otra historia (como decía el final de las películas de "Conan").

Nota: La curiosidad pudo más y en el momento en el que ella se fue a su habitación busque la parte menos quemada y la probé…

Vivan!

lunes, 16 de marzo de 2009

No tengo el icono del word en el escritorio!

Uuuyyyyy!!!! Como puede ser? Justo cuando lo necesitas...

No tengo el icono del word en el escritorio!!! (No importa)

Esto va a ser más o menos “en directo”, voy a ir relatando que es lo que está pasando.

Laseñoritaqueviveconmigo – “Word!!! Que estas haciendo??”

(Nooooo! ahí viene!!… la seguimos después).

Vivan!!